jueves, 17 de diciembre de 2009

Presunción de inocencia


Sólo le comenté algunas verdades de lo que me ocurría y la cara de mi abogado era la de un espectro del más allá. Yo no entendía de malversación, ni de nada, le dije, y me habían colocado una multa que no pagaría ni en una vida entera en el ayuntamiento. Le expliqué, como mejor supe, que yo no era de esos que van gastando los fondos públicos, ni colocando a sus amigos en puestos oficiales. Le dije que el morbo estaba servido si salía a relucir la incoación del caso y que era su jurisdicción salvarme de aquel atropello. Le comenté, que si salía impune, su mujer y su hermano trabajarían para mí en el ayuntamiento.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Vuelve a casa .........


Y no hay más que decir. Vuelve a casa, a las casas de los que pueden permitirse el lujo de adornar sus mesas, en estas fechas, con ricos manjares porque el resto, ¿tienen la misma navidad? Nos llenan los anuncios de televisión con miles de cosas para comprar porque si no compramos, nos hacen ver que no tenemos ese espíritu navideño que nos trae ese hombre barbudo y mofletudo, al que le cambian los colores de su vestimenta según les vaya a las grandes multinacionales. Y nos dejamos convencer, y compramos con la necesidad de gastar los ahorros para seguir una tradición de consumismo que nos machaca y nos hunde, y seguimos dejándonos arrastrar por esa corriente consumista que nos han metido en las venas desde el estado capitalista. Lo único que se consigue es alzar la hipocresía a la máxima potencia y abandonar los monederos en el fondo del caos.
Feliz Navidad a los que pasan por esta minoría y que el espíritu laico navideño sea extensivo en todo el año y no sólo en estas fechas.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Dos horas


Creo que con dos horas me serían suficientes. Necesitaría ser en dos horas la boca maltratadora en el oído del maltratador, necesitaría dos horas para hacer ver la angustia del miedo al que lo produce. Necesitaría ser dos horas el dueño de las tierras donde trabajaría el "señorito", sólo dos horas para hacerle ver el sufrimiento delComprobar ortografía labrador en tierras que nunca serán suyas. Necesitaría ser dos horas el político que gobierna nuestras vidas y denegarle todo lo que él deniega, necesitaría sólo dos horas para tirarlo en la necesidad y no ayudarlo en nada. Creo que con dos horas me serían suficientes para ver en el rico la cara de la pobreza, con sólo dos horas para hacerle sentir el desprecio que ejerce la riqueza sobre la misma vida.
Quizás, después de estas dos horas, ni el maltratador maltrataría, ni el patrón ahogaría al labriego. Quizás, después de estas dos horas, el gobierno del pueblo no asfixiaría a la otra parte de su pueblo, ni el rico repudiaría al necesitado.