sábado, 28 de febrero de 2009

Felicidades ANDALUCÍA


Felicidades a ti, tierra de inmigrantes y de turistas, de latifundistas y de hortelanos, de la dicha y la sinrazón, a ti, tierra que me viste nacer y que me verás morir. Felicidades porque en tus senos albergaste diferentes razas y cada una te dejó su firma escrita en una mezquita o en un castillo desecho por la ira del que no nos quiere, igual que tus hijos e hijas van dejando tu nombre allá por donde el destino les obligó a viajar con la añoranza del que quiere volver.
















lunes, 23 de febrero de 2009

El Monstruo de Amstetten


Su madre se dejó embarazar por otro hombre que no era su marido porque éste la quería convencer de que era estéril y ella, utilizando a ese otro hombre sólo para tener un hijo, engendró a este monstruo austriaco para así rebatir la idea de su marido. De ese embarazo nació Josef Fritzl, el creador del crimen más horrendo y despreciable que ha acusado la sociedad en su historia. Este Abominable hombre encerró, maltrató, golpeó y abusó de su propia hija durante veinte y cuatro años en un zulo, ubicado debajo de su propia casa, de poco más de dieciocho metros que luego amplió a cuarenta porque de sus actos atroces tuvo siete hijos-nietos que a la vez eran hijos-hermanos de la hija atropellada sexualmente. Sometía a patadas y a golpes a su hija y la amenazaba con dejarla sin luz ni comida a ellas y sus hijos si no accedía a sus abusos. De esos siete hijos dos fueron mellizos y fue precisamente este animal austriaco el que atendió el parto. Uno de los mellizos comenzó a ponerse azul por la falta de oxígeno en sus pulmones y ante la pasividad de su progenitor el pequeño murió axfisiado. Luego Josef Fritzl recogió el cuerpecito del niño y lo echó en la caldera del zulo. Las cenizas fueron esparcidas en el jardín. Después de ésto, el pederasta liberó a tres de los niños, uno a uno, y con la frialdad de un asesino, dejó una carta en la que tomaba la persona de su hija y comunicaba que había sido secuestrada por una secta y que dejaban libres a sus hijos para que sus abuelos los criasen. Lo que después vino ya se sabe. Ahora comienza el juicio a esta aberrante historia mientras Josef Fritzl ultima los últimos flecos para vender su historia a la prensa y ganar cuatro millones de euros que alivien las deudas de su empresa.

martes, 17 de febrero de 2009

Su acantilado



No pudo más con su conciencia y se fue de casa con la intención de dejarlo todo, con la intención de separarse de su vida. Asomada al precipicio de aquel acantilado volteaban las imágenes de su marido postrado en la cama, no sabía ya cuanto tiempo, y el cuerpecito blanco de su hijo rendido en la silla de ruedas que lo vio nacer. Cada mañana maldecía el haber visto otra mañana, rogaba al dios que siempre le negó la muerte que hiciese algo por ella y cansada de luchar, aborrecida de la misma luz que abría sus ojos y oscurecía su mente se dejó llevar por la inocente imprudencia que produce en nuestras mentes el hecho de ver como zozobra nuestra vida, con la incapacidad de poder hacer siquiera un solo gesto que pudiese cambiar el rumbo de esa existencia que se vencía en las manos de la consternación. A un solo paso del abismo que la separaría eternamente del sufrimiento de ver cada mañana el rostro amargo de la vida en esos cuerpos yermos y con los ojos arrasados en negras lágrimas de dolor miró al cielo y antes de dar el paso último de su vida recordó la sonrisa que nunca tuvo de su hijo y el beso de amor que no germinaba en el corazón de su marido. Enjugó sus lágrimas y miró al fondo del acantilado. Las rocas, armadas de paciencia, recibían una y otra vez el envite de las olas enardecidas y las gaviotas, aleteando sin fuerzas, se batían a muerte con el fuerte viento que las arrollaban. Una de ellas, cansada por el empuje del viento cayó al mar, junto a aquellas rocas resignadas que quisieron atrapar el cuerpo antes de que lo capturara la furia del mar sin conseguirlo. Miro melancólica como el mar engullía el cuerpecito blanco y dejó correr otra lágrima. Esbozó una sonrisa y le dijo al mar desde sus pensamientos que hoy tampoco sería.

domingo, 15 de febrero de 2009

Vuelvo...


Me fui
con las alas furtivas

de la sinrazón,

con mi alma negra,

henchida de dolor y

con mi grito ahogado

en el mutismo

de un pueblo condenado.



Vuelvo,

con la única fuerza

que me da mi voz y

con el bramido

que dan mis letras,


vuelvo

con el ardor

de un corazón encendido

y con el clamor

de la razón.


Vuelvo,

y vuelvo

con mi alma aliviada

para oir gritando

a un pueblo mudo
por la libertad
de este mundo.






miércoles, 4 de febrero de 2009

Sobrevivir

Sobrevivir, simplemente eso es lo que hago, sobrevivir en este mundo en el que ya casi se hacen imposibles las risas con tanta tragedia embadurnando este mundo. Yo sé que al menos es sobrevivir, sin reir, mientras hay muchos otros que sin dejar de ser niños están cansados de sobrevivir y ya están señalando su día en el calendario negro de la muerte.
Cuando acaben las ganas de asesinar y de fabricar bombas para ello, cuando esos niños cansados de sobrevivir sean como niños fuimos nosotros sin tener que hacerlo, cuando los políticos se dediquen a sanar esta linda tierra sin pensar en destruirla quizás entonces vuelva a sonreir como lo hacía de pequeño.