sábado, 6 de junio de 2009

Maldito seas.


Estaba harto de estar sentado en aquel butacón de orejeras amplias que me había sellado el culo a su piel de lino. Sabía que este viernes no iba a ser muy bueno. Mis amigos me habían dado desplante y solo en aquella ciudad, que no conocía, no me auguraba un feliz fin de semana. No eran las doce de la noche y decidí dar una vuelta por la manzana, quizás si no me alejaba mucho no me perdería y dejaría descansar aquel viejo sillón de alquiler. Bajé a la calle y seguí el acerado que rodeaba el bloque de pisos donde me alojaba. Las escasas bombillas colgadas del cielo no bastaban para clarear los adoquines por donde caminaba. En uno de los recovecos por los que pasé vi un reguero de sangre rojiza y aún viva que conducía al interior del recodo. Quise marcharme pero algo parecido a un maullido desgarrado me hizo entrar. Seguí el hilillo de sangre y detrás de ese rastro no apareció un animal, había un rostro de mujer a la que casi no podía ver. Pensé que era una indigente descansando y regresé sobre mis pasos para irme. No pude siquiera dar la vuelta cuando le mujer se reincorporó con torpeza y salió a mi encuentro. Bajo la luz mortecina apareció el rostro magullado y maltrecho de una mujer. Ojos ennegrecidos y asustados y sonrisa perdida. Su traje sucio y resquebrajado se empapaba en sangre. Sus pies desnudos recibían la sangre que se desplomaba de su cuerpo. Dio un paso hacia mí y cayó de bruces. Sobre su espalda se veían cuchilladas de odio e impotencia. Sólo pude decir maldito seas por lo que haces, maldito seas.

7 comentarios:

  1. Lo peor de esto son las historias que no salen de la puerta de su casa. Me hubiese gustado seguir leyendo, este empezar tan bien hilado da para una historia más larga.

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  2. Muy buen relato Tomas..escalofriante pero es una realidad de nuestros dias que tenia que ser exterminada hasta de nuestra memoria, desde aqui un llamamiento a la sociedad para que se haga algo y dejen de crecer las listas de asesinatos de mujeres con la violencia de genero...me he quedado con ganas de seguir leyendo porque escribes muy bien con una gran realismo...besosss amigo mio

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  3. Muchas veces me he preguntado cómo es posible que alguien maltrate a otra persona y se quede tan campante como si nada, es más, incluso duerma por las noches como un bendito. No me puedo imaginar ni por aproximación el desprecio y la violencia que generan este tipo de maltratadores en sus mentes para llegar a cometer estas bajezas inhumanas y seguir haciendo una vida normal a los ojos de los demás. Es una auténtica desgracia tropezarse en la vida con uno de estos sujetos, pero lo que verdaderamente es intolerable es convertirse en su presa y ser incapaz de poner el punto y final.
    Un gran abrazo Tomasson.

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  4. Parece que hubieras llegado a mi, con este post.
    El destino quizas. Mi madre fue una mujer maltratada por un señor alcoholico (mi padre)y he vivido todo este dolor como si fuera propio.
    La verdad es que algunas mujeres, sienten tanto miedo, que se ven paralizadas de escapar de esa situación.
    Por suerte, cuando tenia 13 años todo eso termino.
    Un tema latente dia a dia, se leen y ven casos.
    Tienes un blog excelente.
    Gracias por permitirme conocerlo.
    Te agrego a mi costadito de actualizaciones.
    No quiero perderme este maravilloso blog.
    Felicitaciones!

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  5. Escalofriante relato, y tristemente a la orden del día. Penoso.

    Besos

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  6. Amigo, sin adornos innecesarios has relatado lo suficiente para hacer patente algo detestable, algo que no consigo entender, ni mucho menos aceptar y es que nadie es dueño de otro ser humano, ni se tiene poder de una persona a otra... no soy capaz de imaginar que puede pasar por la mente de alguien en esas circunstancias para acometer semejante agresión.

    El relato es conmovedor, qué lástima que pueda escribirse sobre estos temas.

    Un abrazo Tomasson y agradecerte tus palabras, realmente hermosas siempre.

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  7. Y maldito el que posa su mano sobre una mujer si no es para acariciarla...!!!!!

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