jueves, 22 de octubre de 2009

El valle

Cielos, cómo brilla hoy el valle, mirad, es como si una capa de rocío cubriese todos los cerezos. La pequeña bajó del coche y corrió a un refugio que había para mirar el valle desde arriba, en el puente que lo cruzaba. Sin acercarse al precipicio, observó la hermosura de la alfombra que corría bajo ella. Su padre se colocó detrás y le susurró que no tuviese miedo, que él la protegería siempre.

De ésto hace ya tres años y desde entonces, cada domingo, cuando florece el Jerte, ella viene a ese mismo puente y con sus lágrimas da brillo a los cerezos.

6 comentarios:

  1. Sigo sin entender el criterio de elección, pero bueno, eso es otro tema.

    Precioso este micro, tierno y conmovedor, como lo que tú acostumbras a escribir. Un día lo conseguiremos, por pupá.

    Besos.

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  2. Hay susurros sinceros,que tal vez nunca deban decirse.


    Un fuerte abrazo.

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  3. Tener un lugar para la contemplación, cargado de simbolismo, es como tener un espejo en el que te reflejas por dentro. Precioso.
    Besossss.

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  4. Muy buen relato. Cargado de sensibilidad.

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  5. Que bien escribes Tomas!!! me he sentido transportada a ese lugar mágico, un abrazo muy cariñoso amigo mio...

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  6. Quien no cree en la magia no cree en milagros y a su vez no conoce la vida misma…he leído algunos relatos tuyos y este me ha gustado mucho, me siento identificada en algunas cosas, un abrazo para ti y gracias por tu visita y tu comentario, espero me visites mas seguido, parabienes…!!!

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