sábado, 1 de agosto de 2009

Desolación

Entró en el patio de aquella desvencijada casa de dos plantas detrás del dueño de la que podía ser su residencia en aquellos futuros días. Su pequeño, de la mano, era más bien arrastrado que guiado tras la estela del anciano que ya comenzaba a abrir la puerta. Enganchados a las rejas de seguridad que bordeaban el patio de la planta superior, los vecinos de la segunda planta hablaban entre ellos acerca de la nueva inquilina. El color de su piel fue el primer blanco al que dispararon sin considerar la presencia ni de ella ni de su chiquillo; el segundo blanco no fue sino el ennegrecido cuerpo de la nueva inquilina al que le cayó una lluvia de escupitajos que ni el Katrina en su recorrido americano. Ni uno sólo de aquellos insultos lanzados desde el cielo cayeron en el cuerpo inocente de la madre que dio un último empujón a su hijo que casi arrolla al anciano al salón. Un vistazo a aquellas escuetas habitaciones, tan rápido como su último empellón a su hijo para entrar en la casa, para decirle al pobre anciano que no era de su gusto aunque le costase más decirle un “no” a Tomás que entender la actitud grotesca de los que nunca podrían se sus vecinos, de aquellos animales encerrados en cuerpos de personas sin corazón. Sin decir más y aunque aquella casa podría ser más de lo que podría encontrar, le pidió al longevo hombre un paraguas que colgaba de una silla cerca de la puerta de entrada a la cocina y se despidió cortésmente de Tomás. Abrió el paraguas al salir y cobijó a su hijo bajo él. Sintió como el katrina descargaba otra vez con rabia.

4 comentarios:

  1. Nunca entendere el racismo, que consideren unas personas mas que otras por el color de su piel...a mi me gusta el color del corazon que todos lo tenemos igual...y esa alma de los seres humanos que consideran que todos somos iguales que no importa ni religion ni color ni politica ni ideal...solo unidos por el amor y la comprension, muy buen relato me ha gustado muchoooo!!!besitos amigo mio

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  2. Coincido con Arwen, o contigo o Arwen conmigo, da igual!
    Las personas somos unicas e irrepetibles, hablar de color, razas o religión ya seria una forma discriminación, como dice mi compañera todos tenemos esa misma sangre roja que fluye por nuestra venas, llega a lo mas hermoso que tenemos que es el corazón, solo de el depende que seamos dignos o no, del corazón y lo que posee!
    No hay mas que eso!
    Buen post amigo, bss y buen comienzo de semana!

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  3. Si eres negro, porque eres negro. Si eres albino, porque eres albino. Si eres gitano, porque eres gitano... El caso es que para nuestra desgracia, somos extremadamente selectivos, y quién sea capaz de poner la nota discordante en un sistema social que ha establecido no sé muy bien quién, automáticamente lo marginamos y le condenamos despiadadamente a permanecer fuera del grupo.
    Los que son diferentes a nosotros por la causa que sea, quedan aislados y marcados por una cruel sociedad que de seguir este ritmo ,en un futuro, ¿quién sabe si nosotros mismos tendremos cabida?
    Felicidades por tus posts Tomy, me parecen excepcionales. Besosssss.

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  4. Siempre encuentro mucho amor y humanidad en tus palabras. Um fuerte abrazo lleno de energia y luz.

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